terça-feira, 31 de março de 2015

Manhãs

Da manhã na praia trouxe a concha em cujo nácar, tenho a certeza, acendeu-se hoje o sol.
Foram necessárias muitas manhãs de escuridão para que fosse possível ver uma concha na areia da praia, saber que o sol se acende, ter a certeza que se acende no nácar. 
E agora está ali, em cima da mesa prateada, para que não me esqueça das coisas que sei. 

4 comentários:

  1. Afinal, Bécquer, quando falava do berço de nácar, o que embala o mar, era a isto que se referia.

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    1. Podia estar apenas a referir-se a uma baía, mas prefiro essa sua tese.

      Veja esta maravilha:

      Podrá nublarse el sol eternamente;
      Podrá secarse en un instante el mar;
      Podrá romperse el eje de la tierra
      Como un débil cristal.
      ¡todo sucederá! Podrá la muerte
      Cubrirme con su fúnebre crespón;
      Pero jamás en mí podrá apagarse
      La llama de tu amor.

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    2. E esta?

      RIMA II

      Saeta que voladora
      cruza, arrojada al azar,
      y que no se sabe dónde
      temblando se clavará;

      hoja que del árbol seca
      arrebata el vendaval,
      sin que nadie acierte el surco
      donde al polvo volverá;

      gigante ola que el viento
      riza y empuja en el mar,
      y rueda y pasa, y se ignora
      qué playa buscando va;

      luz que en cercos temblorosos
      brilla, próxima a expirar,
      y que no se sabe de ellos
      cuál el último será;

      eso soy yo, que al acaso
      cruzo el mundo sin pensar
      de dónde vengo ni a dónde
      mis pasos me llevarán.

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